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PDF-Dios en nosotros

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Precisamente en la época actual, el tema “Dios en nosotros” constituye para muchas personas una provocación. Cuando en los medios de comunicación se lee y escucha lo que está sucediendo en este mundo, la palabra “Dios” va siendo relegada cada vez más a un segundo plano, y aún más la expresión “Dios en nosotros”. Se oye hablar de las catástrofes que aquejan a este mundo y de cómo se comportan muchas personas, de cómo tratan a sus semejantes, viviendo en discordia con aquellos que no comparten su forma de pensar. La Tierra, con sus animales y plantas, sufre bajo el fraude que se hace al poner a todo la falsa etiqueta de “cristiano”, así como a raíz del egoísmo de los explotadores. Cada cual tiene sus argumentos para explotar la tierra, para torturar y matar a los animales y para destruir la naturaleza. Y todo esto con seguridad no tiene nada que ver ni con Dios ni con Jesús. Y de pronto viene una persona que se permite afirmar: Dios en nosotros.

En los últimos tiempos muchas, pero muchas personas están abandonando las instituciones llamadas Iglesia. Una y otra vez se escucha hablar de los excesos de la casta sacerdotal, de falsedades, mentiras, y aún más, de innumerables perversiones y excesos que uno mejor no quisiera llamar por su nombre, a no ser que se hable de las atrocidades y de la escoria de la humanidad.

El número de personas que se salen de la Iglesia aumenta cada vez más. Muchos están decepcionados de su institución eclesial, en la que hasta ahora habían creído y con la que estaban familiarizados, para buscar allí a Dios. Otros, por su parte, mueven incrédulos la cabeza y dicen: “¡Dios no existe! Y si existiese, ¿dónde está?”.
Los superiores de la Iglesia ya no son dignos de crédito, y los partidos desvarían hablando del bien común y de asuntos sociales. Si se observa todo más profundamente, se descubre que de lo que se trata es de los dividendos bursátiles, del bien personal. En Alemania gobiernan partidos que llevan en sus siglas la C de cristianos, siendo este país el tercer exportador de armas del mundo, a pesar de que el gobierno dice ser “cristiano”.

Lo que yo deseo es abogar por Dios, no por mí, no por una comunidad tradicional, sino únicamente por Dios. Deseo que mis semejantes Le lleguen a conocer a Él. Yo he encontrado a Dios, la Vida, en lo más profundo de mi alma, y sé que Él nos ama a todos, pues, siendo Él nuestro Padre eterno, nos ha visualizado y creado en el corazón. Dios está siempre presente. Él está en la naturaleza. Él es la vida, es la luz en cada animal, en cada planta, en cada piedra, en cada majestuoso árbol. Dios está en lo profundo de su alma. Dios está con usted y en usted.

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