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Activar las fuerzas de autosanación
¿Desea aprender cómo se activan las fuerzas de autosanación en el ser humano? ¿Quiere averiguar las causas de las enfermedades y alcanzar una sanación completa con la ayuda del Cristo de Dios?
En los libros de la Editorial-Gabriele La Palabra encuentra entonces un gran tesoro de respuestas, indicaciones y ayudas que a los seres humanos nos han sido dadas a través de la profeta y enviada de Dios, Gabriele. Los diferentes títulos sobre el tema sanación y salud permiten dar una ojeada a relaciones hasta ahora desconocidas y muestran en todas sus facetas cómo podemos llegar a una sanación completa del alma y del cuerpo.
¿Qué activa las fuerzas de autosanación?
Cada vez más personas presienten o saben por propia experiencia, que la verdadera sanación viene desde el interior. El lenguaje popular conoce algunas relaciones entre el estado interno y malestares físicos, por ejemplo: Algo me cayó pesado al estómago; esto a uno le parte el corazón.
Con los libros de la Editorial-Gabriele La Palabra sobre el tema sanación, usted aprende a ir al fondo de las causas anímicas de los malestares y a activar en sus células las fuerzas de autosanación.
¿Qué es la sanación completa?
Jesús de Nazaret nos dio a los seres humanos una simple regla de vida:
“Lo que tú quieres que te hagan los demás, hazlo tú primero a ellos”.
Apliquemos esta norma en nuestra vida, en nuestra forma de pensar, de hablar y actuar, y así notaremos rápidamente dónde tenemos que empezar para activar y fortalecer las fuerzas de autosanación y alcanzar la sanación completa. Preguntémonos por ejemplo: ¿A cuál de nuestros semejantesle hacemos reproches? ¿A quién nos acercamos con rechazo o llenos de odio? ¿Y por qué?
En innumerables manifestaciones a través de Gabriele, la profeta y enviada del tiempo actual, el Cristo de Dios nos conduce al autorreconocimiento y nos enseña a reconocer y purificar nuestro comportamiento erróneo. Esto simplemente significa: Perdonar y pedir perdón y no volver a cometer lo reconocido. Ese es el comienzo de la sanación del alma y del cuerpo. Esa es la verdadera «medicina» global.
En el libro «Tú mismo eres tu enfermedad y tu salud. Pero Dios está contigo» leemos por ejemplo:
«Hagámonos consciente: ¡Dios es amor! Dios desea lo mejor para nosotros, Sus hijos. Él nos ayuda en los casos más difíciles, cuando nos confiamos a Él en la oración y permanecemos en comunicación por medio de esa confianza en Él y de la fe en Él.
Entonces actúa la mano invisible de Dios y nos muestra nuestros comportamientos erróneos y nuestras faltas, para que podamos reconocerlos y purificarlos con Su ayuda. Si los purificamos, la luz en la cárcel de nuestro ego humano se volverá más clara, hasta que la cárcel se abra y podamos salir sanos y radiantes de ella».
¿Cómo puedo ir al fondo de la causa de mi enfermedad?
Al conocimiento básico proveniente de la Sabiduría divina pertenece: Cada enfermedad tiene su causa. Y esta causa va mucho más allá de preguntas sobre la alimentación. Cada ser humano determina, es decir, programa sus células del cuerpo y con ello también su sistema inmunológico por medio de su forma de pensar, sentir, hablar y actuar.
Un comportamiento negativo, pendenciero y egoísta, reproches, odio y cosas similares alteran las células del cuerpo, lo que a la larga puede conducir a malestares y debilidad de las células y los órganos. Por el contrario, pensamientos y comportamientos positivos, constructivos, el conceder y perdonar tienen un efecto positivo en nuestro ambiente corporal. Nuestro sistema inmunológico se fortalece. Pues todo es energía –y lo que procede de nosotros, vuelve a nosotros.
Por consiguiente, cada persona que quiera investigar el motivo de una enfermedad, tiene en la mano un instrumento muy simple, este es el autorreconocimiento: ¿Cómo pienso sobre mis semejantes, cómo me comporto ante ellos? Y también: ¿Cómo trato a los animales y a las plantas? ¿Qué alimentación elijo –una alimentación vegetal o una que se basa en el sufrimiento de animales? Como ser cósmico, el ser humano pertenece a la unidad divina.
Lo que él hace a los demás –sea a un ser humano o a un animal– se lo hace a sí mismo. Por esto, un sincero autoexamen puede darnos aclaraciones sobre las causas de enfermedades y malestares –el primer paso hacia la sanación.
Active al Médico y Sanador interno
Si queremos activar en nosotros las fuerzas de autocuración, tenemos a nuestro lado a un ayudante: El Cristo de Dios, el Médico y Sanador interno.
En el libro «Palabras de la vida –Causa y formación de todas las enfermedades» se encuentra el siguiente pasaje sobre el Médico y Sanador interno, Cristo, que es la fuerza redentora y sanadora en lo más profundo de cada ser humano:
«Dios es amor. A todos los seres humanos y almas se les da amor, de acuerdo con su desarrollo y madurez espiritual. La corriente parcial de la fuerza redentora, la fuerza del consuelo y de la sanación, no estimula todavía directamente la evolución en el alma y en el ser humano, sino que apoya, consuela, ayuda y sana, para que el alma débil y la persona angustiada sean fortalecidos y después puedan recorrer el camino de la evolución.
Si se sueltan las amarras de la grave carga del alma y en esta y en el ser humano empieza a brotar la vida espiritual, la fuerza redentora y edificante actúa más intensamente, para conducir al alma y a la persona a una espiritualidad más elevada»
Entendemos que Dios, el Eterno, no nos envía ninguna enfermedad, ningún sufrimiento. Él es el amor absoluto, la fuerza suprema que siempre nos quiere apoyar. Pongámonos por tanto en marcha para descubrir las causas de las enfermedades en nosotros mismos y corregir nuestra forma de pensar y actuar, viviendo más y más el amor a Dios y al prójimo. Así podemos lograr no solo la salud de nuestro cuerpo, sino encontrar a Dios en nosotros y la fuerza redentora del Cristo de Dios, que nos quiere conducir a una vida en unidad con los seres humanos, las plantas y los animales.
Libros y CD sobre el tema sanación completa y fuerzas de autocuración
Desde el Reino de Dios se nos dan a los seres humanos ayudas y más ayudas, para alcanzar la verdadera sanación, la sanación para el alma y el cuerpo. Desde hace cerca de cinco décadas se manifiestan Dios, el Eterno, y Su Hijo, el Cristo de Dios, a través de la profeta de enseñanza y enviada del tiempo actual, Gabriele.
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