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Tú mismo eres tu enfermedad y tu salud

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Toda enfermedad es el resultado de una falta de armonía. Merece la pena mirarse en el espejo. ¿Ves enfermedad o salud? ¿De dónde viene la salud? ¿Cómo se desarrollan las enfermedades? ¿Realmente tiene que ver solo con la genética y con una dieta sana o hay algo más? ¿Realmente hay que sufrir todas las enfermedades o se pueden tomar medidas preventivas? Si toda enfermedad es el resultado de una falta de armonía, merece la pena echar un vistazo al mundo de los pensamientos y los sentimientos. Estos pueden dar pistas sobre las posibles causas psicológicas de la enfermedad.

En el libro «Tú mismo eres tu enfermedad y tu salud, pero Dios está contigo», se explican posibles caminos que pueden activar las fuerzas autosanadoras de las células del cuerpo y conducir así a una sanación holística.

En el libro podemos leer lo siguiente:
Las múltiples situaciones del día nos colocan continuamente ante la decisión de ver en ellas lo positivo o lo negativo. Habitualmente nos inclinamos a dejarnos dominar por lo negativo. Sin embargo, en todo lo negativo está la semilla positiva. Nos deberíamos esforzar en encontrar esta semilla positiva –en cada situación, en cada encuentro, también en cada contratiempo. La postura positiva se muestra también en que estamos siempre con y a favor de nuestro prójimo, que en nuestros pensamientos deseamos siempre lo mejor para nuestros semejantes. A esto corresponde, además, que no nos desanimemos a causa de nuestros errores humanos, sino que encontremos lo positivo en nosotros, que afirmemos lo bueno en nosotros, que veamos también nuestras características positivas y –en tanto nos sea posible– también las apliquemos en la vida. Para adquirir esta postura positiva, debemos transformar nuestro mundo de pensamientos, es decir: –fuera con el estar «en-contra-del-prójimo », hacia un estar «a-favor-del-prójimo»; fuera con tener dudas de uno mismo y con los complejos de inferioridad, hacia un estar a favor de una sana autoestima, de la consciencia de que somos un ser positivo, un hijo de Dios;

Lea también: Dios sana, Palabras de la vida, así como Reconócete y cúrate a ti mismo con la fuerza del Espíritu.